Como último trabajo relacionado a Ribeyro, se nos encargó hacer la fachada del cuento, no de la maqueta espacial, si no del cuento en sí; lo cual nos complicaba un poco más.
Dejar que la arquitectura hable a todos de la misma forma...Cómo!?!; mi primer intento por lograrlo fue un conjunto de 3 vitrinas pintadas en distintos niveles, arriba y al frente, al medio, al final y abajo; entre ellas se ubicaban escaleras que daban a 3 niveles, todo en blanco y negro.
La vitrina superior era un círculo con tiras negras que mostraban la rutina en el que el personaje se hallaba y las distintas posibilidades que tenía para romperlas, cuando finalmente encuentra una, se ve en un laberinto, tal como es el amor, cuando finalmente sale, el laberinto se vuelve un conjunto de lineas paralelas que simbolizan el esclarecimiento del misterio. El trabajo era bonito, pero no arquitectónico.
El segundo, era una fachada en esquina, lo cual hacía que uno no pudiera ver qué había en el final, pues las puntas eran opuestas, tal como el movimiento del doble, también contaba con 3 partes, la primera y la última eran parecidas, tenían una curva en común pero uno en la parte de arriba hacia afuera y el otro, en la parte de abajo y hacia adentro; esa curva en común era la muchacha que ambos quisieron y que lo une por la parte del centro que es un semicírculo.Por dentro, uno empezaba escalando (arriba) un espacio sin ventanas, simbolizando la pérdida de noción de la realidad, luego bajabas una especie de tobogán que simbolizaba el amor, para llegar al primer piso en el que había una enorme ventana que te permitía ver la realidad, lo de afuera. Eso ya era arquitectura.
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